por Carlos | Educación, Psicoterapia
Procrastinar: significado
Hay muchos dichos sobre la importancia de hacer lo que se debe hacer cuando se debe hacer. Quién tiene tiempo, no esperes más. No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. La ociosidad es el padre de los vicios … y así sucesivamente.
Recientemente, un estudio ha confirmado no solo la verdad de los dichos populares, sino que ha puesto de manifiesto el peligro de la procrastinación.
Procrastinar indica la elección voluntaria de posponer una acción, mientras se da cuenta de que este retraso no está exento de consecuencias. En otras palabras, nos referimos a algo más tarde, incluso sabiendo que «después» será peor. En esta perspectiva, procrastinar es un fracaso decidido y justificado por nosotros mismos.
¿No paga la factura de inmediato, incluso sabiendo que la olvidaremos, con el riesgo de que nos corten la luz? ¿No estás estudiando para una prueba? ¿Tiene problemas de salud pero no hace nada para solucionarlos? Todos los ejemplos de procrastinación, vinculados a la frase mágica: «tanto tiempo».
Procrastinar: un rasgo de personalidad
La tendencia a posponer, a menudo identificada con pereza, ha sido estudiada y sería un rasgo de personalidad. Esta actitud estaría relacionada con una baja autoestima, vinculada a un menor nivel de educación y a consecuencias perjudiciales para la salud y la vida en general.
Los que postergan constantemente establecen un círculo vicioso peligroso. El comportamiento, con repetición, se convierte en la forma habitual de actuar. Las consecuencias no son tan leves como uno podría pensar, después de todo, ¿quién nunca ha enviado lo que podría hacer hoy a mañana?
En realidad, este hábito suele ir acompañado de altos niveles de ansiedad. Desafortunadamente, no hacer algo porque causa ansiedad, no hará que la ansiedad desaparezca o incluso lo que hay que hacer. Por otro lado, el primero empeorará y hará que el segundo sea más difícil.
En algunos casos, lo que se teme son las consecuencias. De una manera no totalmente consciente, tratamos de no elegir, porque de esta manera la decisión fallida nos protegerá de lo que tememos. Desafortunadamente, incluso en este caso, la estrategia de procrastinar no es ventajosa, porque incluso decidir no hacer nada, de hecho, es una elección.
¿Qué hacer entonces?
La personalidad es un conjunto de rasgos estables que nos acompañan a lo largo de nuestras vidas y regulan nuestra forma de pensar, sentir y actuar. Esto no nos impide aprender a manejar aspectos de nuestra forma de ser que no nos recompensan, sino que obstaculizan nuestro éxito. Aquí, entonces, hay cinco consejos para romper la inercia y superar el bloqueo causado por la procrastinación:
- Comprende por qué posponemos algo. ¿Qué nos bloquea? ¿A qué le tememos? ¿Nos escondemos detrás de la excusa de la pereza?
- Identificado el problema real, identificamos la solución más adecuada. Utilizamos la resolución de problemas: ¿cuáles son las opciones para manejar nuestro problema?
- Intentamos varias soluciones. Probemos cada una de las opciones que encontramos con la resolución de problemas.
- Cambiemos de estrategia. Si la forma en que tratamos las cosas no funciona, adoptamos una estrategia organizacional diferente. Por ejemplo, podemos intentar dividir el problema en objetivos secundarios más fáciles.
- Usamos el pensamiento positivo. La mejor manera de aumentar sus posibilidades de éxito es tener una buena motivación. ¡Una de las bases de la motivación es la creencia de que podemos hacerlo!
Carlos Casaleiz
Psicólogo
consulta@casaleizpsicologo.es
por Carlos | Psicoterapia
Las redes sociales son una herramienta para mantener relaciones, compartir quiénes somos y, por lo tanto, una forma de recibir de otras confirmaciones sobre nuestra identidad y cómo nos perciben desde fuera.
Redes sociales y autoestima.
En nuestra sociedad es cada vez más difícil, si no imposible, conocer a alguien que no sea miembro de al menos una red social. Probablemente, si conociéramos a alguien que hoy no siente la necesidad de compartir algunos aspectos de su vida a través de las redes sociales con familiares, amigos y extraños, pensaríamos en él como un excéntrico y un asocial.
Además del aspecto más lúdico, pasatiempo y relacional, las redes sociales como Facebook, Instagram o Twitter se han convertido en un momento importante de nuestro día, especialmente gracias al intercambio de contenido personal.
Compartir lo que nos gusta, lo que pensamos o hacemos en las redes sociales tiene una ventaja inesperada. Nos da la oportunidad de mostrarnos lo mejor y obtener fácilmente de otros un certificado de estima y aprobación, gracias a un simple «me gusta» o «corazón» de su parte.
William James, un psicólogo y filósofo estadounidense, definió la autoestima como un proceso derivado de la relación entre el yo real y el yo ideal. Recibir retroalimentación externa puede fortalecer nuestro sentido de autoestima y nuestra percepción de nosotros mismos.
Pero, ¿y si el riesgo de un profundo sentimiento de desconfianza en uno mismo, en las propias capacidades y en la posibilidad de construir un futuro se ocultara detrás de lo que ahora se ha convertido en un hábito consolidado?
El futuro (no tan lejos)
Black Mirror, una popular serie británica en la que cada episodio ilustra un escenario diferente relacionado con las nuevas tecnologías, intenta responder a esta pregunta, aunque de una manera extrema.
Nosedive, el primer episodio de la tercera temporada de la serie, se desarrolla en un futuro distópico, en el que la existencia de personas gira en torno a alcanzar gustos para tener un estilo de vida adecuado. La obtención de estos «me gusta» ya no ocurre solo a través de las redes sociales, en una realidad que permanece virtual, sino gracias a un pequeño mando, en la vida real. ¿El camarero hace capuchino para ti? Le damos al Like. ¿El extraño te sonríe en la calle? Le damos al Like. ¿Estás cogiendo un vuelo? Un Like a la azafata.
Todo depende de los Like acumulados: te permiten tener una carrera, ser invitado a fiestas, tener un mejor hogar o simplemente la posibilidad de que un colega te hable en la oficina. Por otro lado, un comportamiento que no es apropiado(Unlike), no convencional o incluso un aspecto poco descuidado, llevará a una pérdida de popularidad que tendrá las consecuencias más desastrosas. Este futuro no está muy lejos: «Ya está la App Peeple, la aplicación para evaluar a las personas».
La confirmación de la ciencia.
Los investigadores de la Universidad de Cornell han estudiado los rasgos de personalidad en relación con la forma en que las personas experimentan las redes sociales y han identificado un tipo de personalidad que parece ser inmune a la gratificación fácil y superficial dada por la cantidad de «me gusta» acumulados.
Según el investigador de desarrollo humano, el jefe del laboratorio de «Desarrollo y procesos de identidad», Anthow Burrow, quienes reciben Likes en Facebook, tendrían el efecto de elevar la autoestima.
Sus estudios también mostraron que las personas que tienen un propósito concreto en la vida y están motivadas para perseguirlo, incluso en beneficio de los demás, parecen estar menos influenciadas por la popularidad en las redes sociales, en lo que respecta a la autoestima y sus propias capacidades.
Las conclusiones de los autores del estudio son, por lo tanto, que las personas proactivas y orientadas hacia el futuro podrían manejar mejor el vínculo entre la retroalimentación positiva externa y su autoestima. Esto sucedería gracias a la capacidad de preferir y considerar los beneficios a largo plazo más significativos, en comparación con las pequeñas recompensas inmediatas, como las que otorga un Like de una foto en Facebook.
Pensemos en ello la próxima vez que busquemos una frase brillante para publicar o un lugar para visitar según el grado de «instagramabilidad» de las fotos que vamos a hacer. Creo que sería más interesante el centrarnos en disfrutar con la persona que tengamos al lado o centrarnos en la búsqueda activa de un trabajo en vez de intentar agradar a todo el mundo. A bien seguro sacaremos mayor provecho.
Psicólogo Te Motivan
Carlos Casaleiz
Hilera 8 , Málaga